Los valores en la Educación.
Se debe subrayar en el valor su carácter
complejo y subjetivo como así también su papel regulador de la conducta a
partir de motivaciones intrínsecas. Esta formación psicológica se construye por
el sujeto en interacción con su medio social concreto, en el proceso de su
actividad y comunicación. En esta concepción de valore se expresa la unidad de
lo cognitivo y lo afectivo, lo interno y lo externo, lo social y lo individual.
(Miltrany 2013)
Nadie puede discutir hoy la
importancia de la educación en valores.
Repasemos algunas consideraciones que, por parecer obvias, a veces se
olvidan.
Pedagógicamente, se hace
necesario establecer una fundamentación científica para que la intención ética
cuente con instrumentos válidos y eficientes; esto quiere decir que si no
utilizamos nuestros conocimientos sobre lo que discurre en el encuentro
educativo no podremos transmitir pautas culturales que resulten adecuadas para
los procesos de subjetivación de los estudiantes.
Atendiendo a los gradientes de
evolución y desarrollo psicológico, los valores se educan en todos los niveles
de enseñanza; frecuentemente donde más se descuidan es donde más se necesitan. Pensemos por ejemplo en la educación
superior, en la formación de formadores, donde se dan por sentados ciertos
aprendizajes sin un diagnóstico eficiente.
Esta intención educativa de los
valores sociales debe incluirse, por supuesto, en el currículo, de manera que derrame
sobre las prácticas docentes. Además, se hace insoslayable la vivencia de los
valores en las actuaciones académicas y en el ámbito de las relaciones
interpersonales del “día a día”. Se sabe que sin el papel activo del sujeto
aprendiz en la internalización de estos
valores no se concreta la educación. Estos contenidos son más sensibles que
otros a la hora del encuentro educativo ya que no pueden ser inculcados si el
sujeto no se convierte en protagonista de su propio desarrollo.